Oración para el adviento y la Navidad
Introducción
Juntos hacemos camino, juntos podemos hacerlo,
juntos iremos creando esperanza en un Adviento que vaya configurando en nuestra vida la llegada de Jesús de Nazaret.
Un
año más, Jesús llega a nuestro corazón. En esta ocasión a un corazón que
simboliza el gran Amor que Dios nos tiene y que lo representa en el envío de su
hijo, Jesucristo, a este mundo tan necesitado de compasión, solidaridad,
esperanza, unidad, amor y compromiso.
Reflexionemos
Necesitamos de
una salvación urgente para nuestro mundo. Ante tanto acontecimiento negro es
buena la luz que nos destella la Fe. Por encima de todo, nos impregna de
alegría: Jesús siempre será una buena nueva.
Ante la próxima
Navidad no podemos contentarnos con cumplir un simple expediente como
cristianos o de escuchar más o menos la Palabra de Dios. Lo importante es que
NOS VOLVAMOS TOTALMENTE A EL; que seamos como aquella veleta que en lo más alto
del templo nos dicta a las claras de dónde y por dónde viene el viento de la
fe.
Ante el Señor que
llega no cabe sino la emoción del amigo que espera, por el amigo que llega.
Caen las
hojas del calendario y ya pronto estrenaremos uno nuevo con bonitas
ilustraciones que acompañen el año 2023
Cada día tachado
en mi calendario tuvo una historia,
un proyecto, un sufrimiento, una alegría o una decepción. Cada cruz revela el
tiempo pasado, los buenos momentos, los pesares vividos, la soledad en momentos
importantes, las metas alcanzadas y las que aún me quedan por alcanzar.
Cada hoja arrancada pasa una página más del libro
de la vida que
progresivamente voy escribiendo.
Al final de este
año, descubro lo que conseguí, las esperanzas puestas en proyectos sencillos,
pero a la vez cargados de esfuerzo y tesón.
Descubro las veces que amé y las que
dejé de amar al hermano que más cercano tenía.
Descubro
los grandes pasos dados por alcanzar utopías y las veces que
la desilusión se apoderó de mí.
Descubro
la importancia de ser yo misma/o y las ocasiones en las que el
miedo me replegó e intimidó.
Descubro la
importancia de lo vivido, lo bueno y lo menos bueno, porque en todo ello
Dios iba escribiendo y marcando una pauta.
¿Quizá esta Navidad
sea más parecida a la que se vivió hace 2.023 años en una pequeña aldea llamada
Belén?
¿Quizá mucha gente
no tenga un lugar donde refugiarse como María y José?
Es posible que los
poderosos actuales sigan viviendo desde el lujo como lo hacía Herodes y su
séquito.
Es una Navidad
cargada de sentimientos, de sentimientos reales que no tienen nada que ver con
las compras, turrones, regalos y obsequios a los que nos ha acostumbrado la
sociedad de consumo.
Es una Navidad que
invita a pensar más en el otro que en nosotros mismos.
Yo tengo que
cuidarme para poder cuidar a los demás.
Yo tengo que
renunciar para que el otro esté a salvo.
Yo tengo que ser
fuerte para levantar al caído.
Yo tengo que darme
por entero para que la vida sea más sencilla.
Rescatemos la caja
del belén guardada en el trastero, montemos un belén de verdad, real, sincero y
adoremos a ese niño que nace una vez más para llegar a cada uno de nosotros.
Tomemos cada una de
las piezas que lo forman, pastores, reyes, lavanderas, granjeros… y resaltemos
la figura de María, José y Jesús con unos ángeles que anuncien bien alto:
2º Trimestre:
Oración Por La Paz
Nuestro mundo vive agitado por cuestión de la guerra hoy es Europa quien se siente amenazada por el enfrentamiento entre países. Pero al mismo tiempo tantos otros conflictos que se siguen produciendo en muchos lugares del mundo, conflictos que se afrontan desde la violencia, desde las armas, desde el enfrentamiento mortal.
Señor necesitamos aprender de ti, tu que eres camino enséñanos a andar por la senda de la paz, tu que eres verdad ayúdanos a comprender, tu que eres vida no dejes que la lógica de la muerte se imponga.
Cantar la canción aprendida: “Desaprender la guerra”
ü Leer el texto de Juan 14, 27-29:
“Os dejo la paz. Mi paz os doy, pero no como la dan los que son del mundo. No os angustiéis ni tengáis miedo. Ya me oísteis decir que me voy, y que vendré para estar otra vez con vosotros. Si de veras me amaseis os habríais alegrado al saber que voy al Padre, porque él es más que yo. Os digo esto de antemano, para que, cuando suceda, creáis.”
Reflexión:
ü La guerra es un recurso que siempre acaba golpeando a los más débiles. Población vulnerable, civiles en zonas de combate, todo en nombre de intereses que casi siempre son muy lejanos a cada persona. Señor danos luz para encontrar otros caminos a la hora de afrontar los conflictos.
La paz es mensaje, es compromiso, es actitud y es misión. Así que envíame Señor Jesús, como enviaste a tus discípulos, que mi palabra no genere crispación, que mis gestos sean de acogida, que mi actitud sea favorable al encuentro y a la reconciliación.
Señor ¿y qué ocurre cuando la guerra parece un hándicap, qué ocurre cuando se instala la ceguera, o los intereses son tan contradictorios, que no parece haber otro camino, no es legítimo entonces, luchar defenderse, sí, ya sé que tu respondiste a la violencia con paz, al insulto con silencio, al pecado desde la cruz. Pero es tan difícil de comprender, ayúdame, ayúdanos a aprender de ti.
Pido ahora en silencio, por tantas personas que se ven envueltas en las guerras, por los civiles inocentes, que se ven golpeados por decisiones ajenas, por los militares que se ven envueltos en los conflictos, por los políticos que tienen que tomar decisiones que no siempre son fáciles, que sepan encontrar caminos para resolver los conflictos sin recurrir a la violencia.
Contempla de nuevo a Jesús, sus palabras son claras, su presencia serena.
“Al llegar la noche de aquel mismo día, primero de la semana, ¡los discípulos estaban reunidos y tenían las puertas cerradas por miedo a los judíos!
Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: –¡Paz a vosotros!” (Jn.20,19)
Terminemos esta oración con las palabras del Papa Francisco:
A los gobernantes y a cuantos tienen responsabilidades políticas y sociales, a los pastores y a los animadores de las comunidades eclesiales, como también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, hago un llamamiento para que sigamos avanzando juntos con valentía y creatividad por estos tres caminos:
ü el diálogo entre las generaciones,
ü la educación y
ü el trabajo.
Que sean cada vez más numerosos quienes, sin hacer ruido, con humildad y perseverancia, se conviertan cada día en artesanos de paz. Y que siempre los preceda y acompañe la bendición del Dios de la paz.
(Francisco, en la LV Jornada Mundial de la Paz, enero de 2022)
Tercer Trimestre
“Señor, tú que nos diste el que te encontráramos y el ánimo para seguir buscándote,
no nos abandones al cansancio ni a la desesperanza.
Haznos buscarte siempre y cada vez con más ardor. Y danos fuerzas para continuar
en ella. Ante ti ponemos nuestra fortaleza y, con ella, nuestra debilidad.
Acreciéntanos la primera y cúranos la segunda.
Ante ti ponemos nuestra ciencia y, con ella, nuestra ignorancia. Allí donde nos abriste,
recíbenos, pues estamos entrando. Allí donde nos cerraste, ábrenos, pues estamos
llamando. Que nos acordemos de ti. Que te comprendamos. Que te amemos.
Aumenta en nosotros tus favores hasta que totalmente nos reformemos en ti.”
(San Agustín. La Trinidad XV, 28, 51).
Evangelio Juan 10:11-18
OREMOS
Orar por el cuidado de la Creación implica un actuar interdisciplinario para sanar los
síntomas y causas del clamor de la Madre Tierra y sus hijos más frágiles y vulnerables.
El hilo conductor es la necesidad de una conversión ecológica integral.
"Para realizar esta reconciliación debemos examinar nuestras vidas y reconocer de
qué modo ofendemos a la creación de Dios con nuestras acciones y nuestra incapacidad
de actuar.
Debemos hacer la experiencia de una conversión, de un cambio del corazón.
Fuente: Reflejos de luz.
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